Buena tarde para jugar al fútbol, con movilización de la hinchada local en La Isla, el Sanan A evoluciona hacia un fútbol directo y al primer toque, usando las bandas pero sin abandonar la seriedad defensiva, pero que todavía no tiene regularidad en los 90 minutos.
Comenzó bien el Sanan, atosigando la portería rival desde el primer minuto, sin miedo a tirar a puerta pero sin mucha precisión.
El primer gol vino de un saque de corner magistral, que la defensa rival no fue capaz de sacar el apurado despeje de la portera y nosotras sí que supimos meter dentro.
El segundo se hizo esperar, pero con una internada de nuestra interior derecho, hasta la línea de fondo, dentro del área que envía a la interior derecho, que, desmarcada, coloca en vaselina dentro.
Tuvimos entre medio dos clarísimas oportunidades desperdiciadas: un larguero cuyo rechace no supimos empujar y un penalty que la portera rechazó al larguero y que tampoco supimos rematar.
Pero toda la primera parte fue del Sanan, tocando el balón, abriendo las bandas, presionando arriba y creando ocasiones a balón parado y con las mediocentros metiendo balones entre líneas. El Monzal apenas intimidó nuestra portería.
La segunda parte fue exactamente al contrario.
El Monzal tiró de picardía y veteranía, intimidó a las nuestras y las sacó del partido, nos presionó aprovechando su mayor envergadura y fuerza, sacó de la nada un penalty en el que no había habido ni ocasión de gol, que no fallaron, pero tuvieron el balón, mientras las nuestras eran incapaces de salir como en la primera parte, haciendo faltas tan tontas como peligrosas y sin tirar casi ninguna vez a puerta.
Sufrió el Sanan la primera media hora de la segunda parte, pero no se descompuso en defensa y poco a poco, cuando el cansancio fue pasando factura
al Monzal, logró montar algunos contraataques peligrosos. En uno de ellos se forzó un corner que, de nuevo magistralmente sacado, tuvo su remate de cabeza de manual y su consiguiente gol.
Somos capaces de tener el balón, de presionar al rival, no tenemos miedo de tirar a puerta y sabemos aprovechar las jugadas a balón parado. Nos falta ese punto de picardía y temple que da la veteranía, pero tenemos que empezar por no dejarnos intimidar por las jugadoras más veteranas. Y sobre todo aprender a defender sin faltas.
Gran esfuerzo de cada una de las jugadoras.
Por otro lado, hay algunas jugadoras que todavía tienen que progresar para ponerse al nivel de la titularidad, pero hay otras que están como para jugar en la selección aragonesa, cadete o juvenil.
Esperemos que los seleccionadores lo tengan en cuenta y premien el compromiso de un Club como el San Antonio con el fútbol femenino, que si alguno más hubiese en Zaragoza no iría poco mejor la cosa.
¡SAN ANTONIO!
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